11/09/2005

Libro del desasosiego

Toda alma digna de sí misma desea vivir la vida en Extremo. [...] Vivir la vida en Extremo significa vivirla hasta el límite, pero existen tres maneras de hacerlo, y a cada alma elevada cumple escoger una de estas maneras. Puede vivirse la vida en extremo por la posesión extrema de ella [...] Raros son, sin embargo, en todas las épocas del mundo, los que pueden cerrar los ojos cargados de cansancio suma de todos los cansancios, los que lo poseyeron todo de todas las maneras.
Raros son así los que pueden exigir de la vida, consiguiéndolo, que se les entregue en cuerpo y alma; sabiendo no estar celosos de ella por saber tenerle el más completo amor. [...] Cuando este alma, sin embargo, comprueba que le resulta imposible tal realización, que no tiene fuerzas para la conquista de todas las partes del Todo, puede seguir otros caminos -uno, la abdicación total, la abstención formal, completa, relegando a la esfera de la sensibilidad lo que no puede poseer íntegramente en la región de la actividad y la energía. Más vale superiormente no actuar que actuar inútilmente, fragmentariamente, insuficientemente, como la innumerable superflua mayoría inane de los hombres; otro, el camino del perfecto equilibrio, la búsqueda del Límite en la Proporción Absoluta, por donde el ansia de Extremo pasa de la voluntad y la emoción a la Inteligencia, siendo entonces la máxima ambición no la de vivir toda la vida, no la de sentir toda la vida, sino la de ordenar toda la vida, la de cumplirla en Armonía y Coordinación inteligente.
El ansia de comprender, que en tantas almas nobles sustituye a la de actuar, pertenece a la esfera de la sensibilidad. Sustituir por la Inteligencia la energía, romper el lazo entre la voluntad y la emoción, despojando de interés todos los gestos de la vida material, eso es lo que, logrado, vale más que la vida, tan difícil de poseer por entero y tan triste de poseer parcialmente.
[...] Sentir es preciso, mas no es preciso vivir.