12/11/2006

El Orco -siete- Entonces empezará el futuro

Entonces empezará el futuro

Estamos hechos de la misma materia que los sueños. Todo es provisional, intangible y etéreo. Todo es tan fascinante y pasajero. La vida apenas existe y nosotros no somos más que una pequeña casualidad del destino, pero poseemos el don más extraordinario: el don de atravesar con nuestra pequeña existencia la existencia del mundo. La casa arde, el pez está en la red, pero nosotros seguimos a pesar de todo, a pesar del dolor y la tristeza, de la desolación y la infelicidad. A través de nacimientos y muertes, de catástrofes y guerras, nosotros, de algún modo, seguimos aquí. Vivimos en nosotros y en nuestros muertos. Somos los que nos fueron y avanzamos hacia lo que seremos en otros aún lejanos. Ese es el gran secreto, la grandeza del hombre. Por eso somos sueños. Sueños gigantes que nos crecen dentro a pesar del dolor y de la desesperación. Sueños que nos traspasan a pesar de nosotros.
Los días pasarán, las cosas pasarán, todo terminará dentro de un tiempo y de algún modo tú seguirás aquí con tu sonrisa verde y tus ojos brillantes y le dirás al mundo: “al menos yo he vivido” y te reirás de todos esos monstruos juguetones que tanto miedo dan a la gente corriente.
La vida es sólo eso: atravesar la existencia a través de las múltiples formas y ser pez en la red y ave en el cielo, y ser hombre o mujer, monstruo y absurdo, verdad, intensidad, sabiduría y sentimiento. Y sobre todo ser infinito, ser infinito siempre.