1/30/2006

LA INMORTALIDAD (Milan Kundera) fragmentos

En cada uno de nosotros está escrita la razón de nuestros actos; un código que contiene la esencia de nuestro destino; ese código tiene, a mi juicio, el cariz de una metáfora.
...su deseo de suicidarse no fue provocado por algo que llegó desde fuera. Estaba plantado en la tierra de su ser, creció lentamente y floreció como una flor negra.
...hacía ya mucho que no vivía con el mundo; su único mundo era su alma.
...y si caminaba, caminaba sólo porque el alma, llena de intranquilidad, exige movimiento y no es capaz de permanecer en el mismo sitio, porque cuando no se mueve empieza a doler terriblemente.
...¿Cómo vivir en un mundo con el que uno no está de acuerdo? ¿Cómo vivir con la gente si uno no considera suyas ni sus penas ni sus alegrías? Si sabe que no es parte de ellos.
...es una pura ilusión pretender empezar en medio de la vida una "nueva vida" que no se parezca a la anterior, empezar, como suele decirse, desde cero.
Su vida estará siempre construída del mismo material, de los mismos ladrillos, de los mismos problemas, y lo que en un primer momento les parece una "nueva vida" resultará muy pronto ser una simple variación de la anterior.
Cuando la persona es joven, no es capaz de percibir el tiempo como círculo, sino como camino que conduce directamente hacia delante, hacia paisajes permanentemente cambiantes; todavía no intuye que su vida sólo contiene un tema; lo comprende en el momento en que su vida comienza a componer sus primeras variaciones.

1/19/2006

LA PANTERA

Rainer María Rilke escribió ésto a finales de 1902.

LA PANTERA
(En el Jardin des Plantes, París)

Su vista está cansada del desfile
de las rejas, y ya nada retiene.
Las rejas se le hacen innumerables,
y el mundo se le acaba tras las rejas.

Blando andar de flexibles fuertes pasos,
y girar en el más pequeño círculo
como danza de fuerza por un centro
en que su voluntad se halla aturdida.

Sólo a veces se alza mudo el telón
de sus pupilas. Luego entra una imagen,
va por la tensa calma de sus miembros
y se extingue al llegar al corazón.

UN ESTADO DE ÁNIMO

CISNE DE PRIMAVERA
(Autor: Charles Bukowski)

También en primavera mueren los cisnes
y allí flotaba
muerto un domingo
girando de lado
en la corriente
y fui hasta la rotonda
y distinguí
dioses en carros,
perros, mujeres
que gritaban
y la muerte
se me precipitó garganta abajo
como un ratón,
y oí llegar a la gente
con sus cestas de merienda
y sus risas,
y me sentí culpable
por el cisne
como si la muerte
fuese algo vergonzoso
y me alejé
como un idiota
y les dejé
mi hermoso cisne.

SÉ AMABLE

SÉ AMABLE
(Autor: Charles Bukowski)

Siempre nos piden
que entendamos el punto de vista
de los otros
sin importar si es
anticuado
necio
asqueroso.

A uno le piden
que entienda
amablemente
todos los errores de los otros
sus vidas desperdiciadas
sobre todo si son de edad avanzada.

Pero su edad es lo único
en lo que nos fijamos.
Han envejecido
mal
porque han
vivido
sin enfoque,
se han negado
a ver.
¿Que no es culpa suya?

¿culpa de quién?

¿mía?

Se me pide que oculte
mi opinión
ante ellos
por miedo a su miedo.

La edad no es un crimen

pero la vergüenza
de una vida
deliberadamente
desperdiciada

entre tantas
vidas
deliberadamente
despediciadas

sí lo es.

BLANCANIEVES SE DESPIDE DE LOS SIETE ENANOS

Recuerdo aquella tarde: habíamos comprado tabaco (tres paquetes) tomado gazpacho (dos cazos) comido unos bollos y yo qué sé qué más. Era verano y hacía calor. Acabamos sentados en la hierba leyendo poesías. Tú estabas tan loco como siempre y yo probablemente mucho peor que tú. Subrayaste esta frase en el libro: "está en venta el jardín de los cerezos" y escribiste debajo con tu letra ilegible alguna cosa que ya no consigo recordar... Siempre me fascinó este texto. En fin, amigo, espero que sigas resistiendo.
BLANCANIEVES SE DESPIDE DE LOS SIETE ENANOS
(autor: Leopoldo María Panero)
Prometo escribiros, pañuelos que se pierden en el horizonte, risas que palidecen, rostros que caen sin peso sobre la hierba húmeda, donde las arañas tejen ahora sus azules telas. En la casa del bosque crujen, de noche, las viejas maderas, el viento agita raídos cortinajes, entra sólo la luna a través de las grietas. Los espejos silenciosos, ahora, qué grotescos, envenenados peines, manzanas, maleficios, qué olor a cerrado, ahora, qué grotescos. Os echaré de menos, nunca os olvidaré. Pañuelos que se pierden en el horizonte. A lo lejos se oyen golpes secos, uno tras otro los árboles se derrumban. Está en venta el jardín de los cerezos.