2/26/2007

El Orco -Miradas (fragmento)

La esencia del misterio femenino latía en ella. Ese algo indefinible que llena de potencia el aire que respiras. Algo como un recuerdo extraño que viene a ti desde el pasado o un sabor intenso y nuevo que te emborracha los sentidos.
Yo pasaba el tiempo de mi vida recordándola: los gestos de sus manos, la forma de sus pies, el tacto de su pelo. Todo era diferente en ella. Cuando giraba el cuerpo, hablaba, o se reía, o algún rayo de sol perdido le iluminaba el rostro, entonces yo me sorprendía asombrado y feliz pues encontraba en ella una nueva manera de percibir el mundo. Un mundo de una belleza extrema y sobrenatural.
En ella, en esa mujer sencilla que pasaba desapercibida para la gente en general, estaba contenida la fascinante belleza del mundo.
Nunca necesité explicarme porqué todo en ella era diferente y especial. Con cada gesto suyo, con cada mínimo cambio de su cuerpo yo descubría un objeto nuevo de culto, una nueva forma de arte. Algo tan necesario como sentir o respirar. ¡Oh dios!, pensaba yo, ¿Cómo puede existir sobre la tierra algo que sea tan hermoso? Ella, con su modo de ser y con su cuerpo, me enseñó a entender el sentido del arte y las múltiples formas en las que se ocultaba la belleza. Un universo propio que nadie me podría arrebatar jamás.
Mientras tanto, de un modo imperceptible, el tiempo y el destino hacían su trabajo…

2/14/2007

El Orco -ocho-

En todas partes está ella
cambia todo lo que tiene vida a su alrededor pero nadie lo nota
transforma el mundo sin apenas cambiar nada
parece frágil pero el planeta se hiela cuando ella no está
porque pasa desapercibida puede llamársela pequeña
pero cuando se marcha la vida no perdura
todo comienza en sus ojos y allí todo termina
su alma es gigantesca aunque ella no lo sabe
todo nace en su corazón y allí también todo se desvanece.