El mundo de Rainer María Rilke estaba lleno de Ángeles terribles. Un día, probablemente entre 1903 y 1907, escribió:
Con sólo un gesto de su frente aleja
de sí todo lo que limita y lo que obliga,
pues por su corazón pasa, gigante,
girando, lo que viene eternamente.
El cielo está para él lleno de formas
que le pueden llamar: ven, reconóceme.
Nada des de tus cargas a aliviar
a sus manos ligeras. Pues vendrían
de noche a ti, a probarte en el combate,
e irían por la casa como furias,
tomándote como si te crearan,
arrancándote fuera de tu forma.
10/09/2005
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2 comentarios:
Que gusto da pasear por la blogosfera y encotrarte por ahi escondido, saliendo del paso, a mi angel terrible preferido.
Despues de todo, parece que sigue habiendo letra mas allá de las ruedas. Como parecía lógico.
;D
El maldito Rilke, terriblemente extraordinario y sorprendente...
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